Reforma fiscal y Federalismo (I)

Si bien el interés de la opinión pública se ha centrado en el CETU, hay  en la propuesta del ejecutivo otras áreas de sumo interés por revisar, particularmente las que tiene que ver con el federalismo fiscal mexicano. Con esta entrega, inicio una serie de comentarios sobre este aspecto.

 En principio, se propone un cambio en la fórmula para repartir el Fondo General de Participaciones (FGP), que representa el 40% de las transferencias totales entregadas a estados y municipios. Hasta este momento, el FGP se reparte de la siguiente manera entre los estados: 45.17% en relación a la población; 45.17% en relación al esfuerzo fiscal y el restante 9.66% se distribuye en forma inversa al monto obtenido (per cápita) bajo las dos asignaciones anteriores.

 Así, la primara parte es equitativa en el sentido de repartir en términos per cápita. La segunda es una fórmula que beneficia a los estados más ricos (suponiendo que estos son los que tendrán mayor capacidad de recaudación) y la tercera parte es eminentemente redistributiva, con el objetivo de que, aquellos estados que resulten menos beneficiados por las dos anteriores fórmulas puedan ser compensados en parte.

 Ahora bien, ¿qué propone la nueva reforma? ¿Es la nueva propuesta más equitativa? ¿Beneficia más a los estados más ricos, o a los más pobres? Veamos:

 La nueva fórmula propone asignar ahora un 60% con base en el crecimiento del PIB de cada estado; 10% por el nivel de recaudación obtenido y el 30% por el crecimiento en dicha recaudación. ¿A qué estados beneficiará más esta reforma? ¿Ya tienen su respuesta? (Es importante señalar que la fórmula aplica a los incrementos de las aportaciones, de manera que a quienes peor les resulte, reciban los años subsiguientes al menos nominalmente lo mismo que en 2007).